20 jun 2010

Sally, Narf et le Hérisson

Sally
Después de un considerable lapso puedo hablar de él, ella... lo que fuera. Su muerte se valió de la lejanía y algo de culpa. Con una boca muda y otra a la que se le escapa. Su vida empezó en una pecera, y ahí terminó. Su cuerpo quedó en el fondo y luego flotó, como el de todos. Su lugar se vio vacío por menos tiempo del esperado. Al cabo de un rato había un nuevo pez, más grande, más fuerte, más rojo.
Narf
Nada en la pecera deforme. A veces parece más grande que otras. A veces desaparece, cuando está en el borde y parece querer escapar. Casi nunca está en el fondo. Le gusta comer los trocitos duros. Los que caen al fondo ahí se quedan hasta la próxima limpieza. Nada presumiendo sus colas largas. Se acelera, muestra sus agallas. Gira en círculos y luego se vuelve a quedar quieto.
Le Hérisson (2009)
Paloma también tenía un pez, pero el de ella era un pez dorado. Giraba en su pecera todo el rato. Ella, con cámara en mano, lo grababa. No muy diferente su madre andaba por la casa, la buscaba. Ella, con cámara en mano, la grababa. No muy diferente su hermana arreglando los últimos detalles de maestría y matrimonio. Ella, con la cámara en mano, la grababa. No muy diferente su padre hablando de política. Ella, con cámara en mano, la grababa. No muy diferente su portera enamorándose de un Japonés. Ella, con la cámara en mano, la descubría. Ella, con la cámara en mano trataba de encontrar qué había detrás de esas puntiagudas espinas. Tal vez hubiera algo que en dado caso le salvara la vida.

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