5 jun 2010

Cefalea gratuita


Despertar a las 9 de la mañana un sábado ya es todo un reto. Que sean las 2 de la tarde es toda una tragedia. Cuando hubo un tiempo en el que mis dedos chorreaban de ideas e inestabilidad, ahora no tienen ni la más mínima y remota idea de cómo desviarse de los rieles veloces de la vida. Muy bien, vamos por buen camino. Todas las páginas  que he consultado aseguran que tener un blog es bueno para estimular la escritura. Yo digo, una cosa es la escritura automática, derivada púramente de los pensamientos y otra muy diferente es aquella de las invenciones.
A veces, cuando llega una idea, pienso que ya ha sido explotada. Absurdo, pues, ¿qué no? pero esa eterna búsqueda de la individualidad no me permite pensar en esas cosas. Luego, está la otra, no quiero que me categoricen en una escritura méramente fantástica. Claro, sin pensar que eso es negar mi propia naturaleza, porque la verdad es en lo único que pienso. Si no estoy en la tierra media, estoy en medio de algún sueño donde nada tiene sentido por sí solo pero realmente es una buena representación de alguna otra cosa.
Luego... es muy posible que cuando tenga que escribir para alguien más decida hacerlo para agradar a ese alguien más. Sé que saldrá al mundo y sé que lo destrozarán. Entonces pienso, mejor que destrocen algo que no sea yo. Lo cual, es estúpido y cobarde. ¿Porqué digo esto? Simplement porque sé que hay una persona leyendo esto, y posiblemente sea solo yo.