15 años

Después de 15 años de ir al mismo restaurante y tomarnos una foto en el mismo árbol de navidad cada diciembre, ya mereceríamos un desayuno gratis o mínimo un descuento.

Los sueños

Los sueños no respetan lógica, no respetan temporalidad, no respetan nada.
Hoy soñé, entre otras tantas cosas que no recuerdo con Adora Svitak una escritora de 12 años a la que conocí via internet en la ciudad de las ideas hace como un mes. En mi sueño esta niña era una gimnasta china que iba a competir con su chino equipo en unas olimpiadas que se llebaban a cabo en el Instituto Cenca, mi primaria hace cientos de años (no literal, espero).
Además soñé con algunas partes de la película de "El Infierno" Dirigida por Luis Estrada. Y como durante la película dije que era primo (porque yo también me apellido así) metí a mis primos en este asunto. Nada de sentido, por supuesto.
Es de esos extraños sueños en los que despiertas y solo puedes decir WTF

Verdad

Abres los ojos. Ves la misma cama. La misma mesita. El mismo abanico. El mismo cuarto. La misma puerta de salida. Te levantas. Sientes el mismo frío. Las mismas ganas de salir a la calle. Sales. Te encuentras con la misma senda. La misma esquina. El mismo ambiente.

Chocas con un desconocido. No se supone que él esté ahí. Lo miras. Te pide perdón. Le dices "no hay problema". Avanzas. Te detiene por el brazo. Te dice "haré algo por tí, para compensar este atropello". Le repites que no es nada. No deja que continúes hablando. "Te puedo dar la verdad por un minuto". Curioso como eres sigues escuchando. "Ver el mundo como realmente es, por un minuto". Más por curiosidad que por que realmente le creas aceptas. 

Diferente. Todo es diferente. No es mejor. No es peor. Es diferente. Quieres encontrar lo que tu has conocido toda tu vida. Quieres comprender lo que está ahí ahora. Lo diferente. Lo real. Pasa el minuto.

Diferente. La persona sonríe. Diferente. "Eso es todo. Adiós". Diferente.  El ambiente no es el mismo. La calle no es la misma. Tienes miedo y regresas por donde viniste. La esquina no es la misma. No tienes ganas de salir a la calle. No tienes frio, tienes miedo. Te acuestas. Miras la entrada. No es el mismo cuarto. No es el mismo abanico. No es la misma mesita. No es la misma cama. Cierras los ojos.