26 sept 2010

Relato: El calcetín Escapista

Sólo porque no se mueva no quiere decir que no anhela libertad. Su trabajo es sencillo, pero nadie dijo que no era pesado. Pesado dependiendo de la persona que lo porte, pero siempre mil veces más pesado que él mismo. Rara vez encuentra una puerta por donde escapar, pues el entorno debe ayudarle, o si no está destinado a fracasar. Lo que el quiere es lo que todos queremos, solos o acompañados: ser libres.
Su día empezó como cualquier otro, se despertó acurrucado entre parejas y solteronas buscando a su otra mitad en el cajón de abajo. Se escuchó el movimiento y por cuestiones del azar, aunque quizá un poco de logística también, fue electo de entre varios para cumplir su función. Después vinieron los zapatos grises, esos que tiene años de conocer. Ambos salieron rápido por la puerta, para empezar el día acompañándome.
El día era húmedo, como últimamente Monterrey lo es. Y en el closet no cabía más ropa sucia, era hora de lavar. Después de la rutina pertinente zapatos y calcetines emprendieron una misión de colgar la ropa húmeda sobre el lago que se formó en la parte trasera de mi casa. Subidos en palos salidos de quién sabe donde, lograron apoyarme en mi heroica hazaña.
Cual fue nuestra sorpresa que cuando salí de mi casa y me dirigí a la fiesta empezó a llover. Zapatos y calcetines me rogaran que fuera a salvar a mis otras prendas, pero la lógica me ganó, y decidí permanecer ahí y dejar la ropa a su suerte. Secos los tres procedimos a divertirnos. Ellos saltando y brincando y yo hablando como un merolico. Después, en la fiesta el hambre nos atacó, y decidimos mandar scouts por pizza.
La lluvia era torrencial y a Monterrey le hace falta un buen drenaje pluvial. Las calles parecían ríos, y las gotas atacaban al paraguas y lo hacían inútil ante tanto brío.
Llegamos a la avenida frente a la pizzería, nos bajamos y yo recordando otros días, me negaba a pasar porque sabía que me mojaría. Después de un momento de meditarlo, preferí quitarme calcetas y zapatos. Pero no contaba con que en mi mano traía un calcetín escapista, el cual de un salto se unió a la corriente. Mi pensamiento inicial fue soltarme a reir, y más cuando mi acompañante lo decidió seguir. El río se lo llevó rápido, pero él fue mejor, regresando al calcetín a su legítima ama.
Después de eso cruzamos la calle, el calcetin lloraba amargas gotas de mugre. Su compañero, todavía seco, lo juzgaba desde algún lado, "la libertad no es para nosotros, eso ya lo habíamos hablado".

20 sept 2010

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We tried to find the post you are looking for, but weere unsuccessful. It may have been eaten by a monkey on a goat on a tightrope. If the monkey spits it out we might find it again, so you could try again later. The monnkey looked pretty hungry, though.So did the goat. 

Whatever that freaking means....
Monkey on a goat on a tightrope

19 sept 2010

Relato: La Feria

El silencio explosivo es lo que causa el ansia. La espera debe terminar.
Las calles laten como relojes a punto de estallar. El viento quiere adelantarse y empieza moviendo los tendederos de papel picado y colorido.
Verde como el sarape del gavilán que zapatea al rededor de una dama. Ella, imponente. Mueve sus olas rosas con espumas azules, naranjas y morados. Ella, gloriosa. Levanta la cabeza orgullosamente mientras marca con un golpe el final de la canción.
Blanco como el fondo de una fotografía adornada por telas luminosas. La gente pasa en parejas, en grupos, en familias. Las telas acarician el cuerpo de su país como el de su gente. Retiembre el flash deteniendo el momento para siempre.
Rojo como el puesto de salsas elaboradas de una señora que se arregló con más sonrisa que rubor. Despide un aroma a cebolla y epazote, a mestizos locales, a recetas secretas de tradición ancestral. Chorrea el olor de los ingredientes antes de que les den la primera mordida.
El barullo de los fuegos artificiales a penas deja escuchar el tronar de los gritos del mariachi. Las guitarras se divierten mientras la banda toca. La trompeta casi se pierde en el grito agudo de una señora que se acaba de ganar una jarra en la lotería.
Un trago helado de agua de jamaica congela el beso que un valiente acomoda en una muchacha. Ella se sube el rebozo y se acomoda las trenzas, muy colorada.
Una bombocha corre imparable hacia quince aguitas y las rebota. Chocan como chispas en el cielo. Los niños las ven salir disparadas. En mitad de un histérico ataque de risa triunfal, los niños se levantan. De inmediato atrapan las canicas, antes de que se metan debajo del puesto de algodones.
Lejos de ahí, un borracho se hace el importante e intenta bajar del palo encebado la botella de mezcal. Embarrado de cebo y grasa para carros, se burla de la gente. Vuelve a resbalar. Observa con tristeza cómo el premio se va alejando y lo único que lo acompaña es su hedor a alcohol.
En la madrugada, los tendederos de papel están tranquilos. El viento los arrulla y los grillos los acompañan despiertos hasta que llegue de nuevo el sol.

Fiestas

Este 15 de septiembre, los Mexicanos demostraron lo que es ser un mexicano. Quizá en pequeña escala, pero es representativo.
Llegar al pueblo de donde son tus padres y tus abuelos siempre es digno de orgullo. Saber de donde vienes te ayuda a decidir a dónde vas. La lluvia todavía caía, como cada año en esas fechas. El pueblo estaba apagado. Era como si hubiéramos regresado en el tiempo 200 años. La cena a la luz de las velas no mermó los deseos de diversión. Ni la falta de música silenció las risas de los primos más pequeños. Algunos de ellos, aburridos, otros, con ánimos de ir a la aventura. "Vamos a la verdadera diversión, vámonos al panteón" proclamaba la más grande de ellos, aunque pequeña todavía. Otro comía tostadas con limón, y hacía caras para después continuar con su alimentación.
La comida no hizo falta, pozole, elotes, habas, y hasta carne asada al estilo regio (aunque mi mamá no creía). Y por si no fuera poco, pepeto, pambazos, tostadas, y tacos.
Por si fuera poco ese lugar es como un lugar independiente con un Porfirio por gobernador, que cuando el momento llega, se sube en su silla de festejado y da su propio grito de independencia.

Del otro lado las más chiquitas estaban en guerra de espuma con los tíos más grandes. Con pastelitos blancos en la cabeza, muchos ojos irritados, corriendo, gritando y sonriendo (sobre todo). Hasta a la cámara le toca un poco, no tanto como al camarógrafo, y no tanto como el pequeño charrito, las tres conchitas y sus tios.
Se alegran la adelita el charro y el sol bajo el cielo nublado pero respetando que sus gotas de agua no apaguen las sonrisas de tantas personas que bajo su manto festejan.
Y una vez afuera de la casa se enfrentan con la realidad. Debajo de la presidencia escuchan al carnicero gritar las palabras de cada año, pero este diferente. Este con más fuegos pirotécnicos, este con más ganas, con menos lluvia. Este año con más fuerza se blande la bandera. Y entre tanto festejo, un fallo de cálculos hace que una campana de adorno se prenda. Hay quienes dicen que la apagaron con la bandera. Otros sólo se burlan y levantan sus vasos aunque el humo resultante de la celebración los haga toser y cerrar los ojos.
Más tarde empiezan las bandas y la gente baila en el centro del pueblo. Algunos sacan pistolas y mosquetes, y los disparan al cielo. No con balas, pues son mucho más caras, en cambio envuelven en papel trocitos de pólvora y es lo que causa ese ruido. Hay muchos policías vigilando la calle, revisando que se mantenga el orden, y disfrutando la música también. Más cuando el tiempo pasa y las botellas se acaban algunos empiezan a perder la cabeza.
Cuando se avecina una pelea la gente corre hacia ella. Y de pronto en mitad de una fotografía familiar, de la parte de atrás aparecen casi cincuenta policías corriendo hacia el otro lado del jardín. Esto indica que es hora de partir, y volver a casa para mañana seguir. El saldo fueron varios detenidos y otros más heridos, un celular robado por un malandrín que se burla de la niña y le cuelga.
Por la mañana del 16 la fiesta grande sigue. Las enchiladas y la carne están listas. El pastel también. Con un buen juego de cartas los primitos se entretienen un rato. Las señoras hablan de impertinencias referentes a una boda que ha sido esperada por mucho tiempo. Y los señores sentados en el patio esperan, por alguna razón, que los demás se vayan.
Saldo: Alrededor de 100 enchiladas entre tios y primos. Y claro, cuatro, CUATRO, pedacitos de carne.
Hacía mucho tiempo que la familia no se reunía completa, y aunque mucha gente diga que no hay nada que festejar, la historia que nos contaron de el abuelo Luis, del abuelo Aurelio, del abuelo Mardonio, de la infancia con baños de cubetas de agua, de centenares de oro, de balas gigantes, y la fiesta tan grande y buena, me dicen que sí hay mucho que celebrar.

10 sept 2010

Ahí va la bola

El futbol siempre ha sido una de mis pasiones. Lo digo así porque nunca he podido dejarlo. A pesar de que tenga muchas cosas que hacer, sin importar a qué hora, o qué clima, o cuántas tareas, siempre termino en la cancha. Esta es la primera vez que me quedo con un equipo más de un semestre. Su nombre: Faldas Sucias.
Terminé en ese equipo por mis ganas de jugar. El semestre pasado me quedé sin gente y lo único que pude hacer fue anotarme en la lista de freelancers. Como noté que eran tantas, se me ocurrió hacer un equipo de puras de nosotras olvidadas; esto no sucedió.
Una de ellas, que era de Canadá y venía de intercambio me dijo que ya la habían llamado de otro equipo, y que podía decirles que me uniera. Así fue como llegué a las Faldas Sucias, con una Trini goleadora y poca condición física. La verdad la chava esta jugaba demasiado bien para ser verdad, y fácilmente se llevaba a todos los equipos completos ella sola.
Ahora que se fue, las cosas son diferentes. De ese equipo sólo quedamos tres o cuatro, y no hemos podido ganar un solo partido. Realmente creo que tenemos potencial para seguir adelante, pero hay que integrarnos.
El punto de este preámbulo es llegar a la conclusión de que no me importa ganar o perder. Claro, siempre es bueno ganar, pero sé que mientras de todo de mí y mis piernas corran histéricamente por toda la cancha, y al final esté empapada de sudor, y no pueda ni respirar, y vea que las demás se esforzaron también, eso me basta para querer regresar la próxima semana a seguir brincando y corriendo y haciendo desmanes.

viva la bola! wuuu

8 sept 2010

Sólo ponle bicentenario

El ahorro del bicentenario sólo aquí en (insertenombredetiendadepartamental)
Porque este año todos festejamos el biecentenario
Ruta bicentenario
Grupo del bicentenario
Pueblo del bicentenario
¿Sabían que cuando dices una palabra muchas veces deja de tener sentido?
BicentenarioBicentenarioBicentenarioBicentenarioBicentenarioBicentenarioBicentenarioBicentenarioBicentenarioBicentenarioBicentenarioBicentenarioBicentenarioBicentenarioVicenteNario?BicentenarioBicentenarioVicenTenario?BicentenarioBicentenarioBicentenarioBicentenario ahhh!!!

*dead*

3 sept 2010

Aprender

Yo sé que no toma un día llegar de
a esto


y sé que la gente puede llegar a lograrlo
sólo se me hace muy difícil esperar a mejorar,
en todo lo que hago.

(imágenes de qc)

Primera Cita

Cortometraje para el Campus Movie Fest donde participó ACCME

Un par de enamorados están en su primera cita. Todo parece ir bien, sólo que se desarrolla en un ambiente de violencia que en algún momento no fue normal. ¿Qué pasaría si todo se hiciera costumbre?

Link

Primera Cita

Esto era un asalto

Cortometraje para el concurso Campus Movie Fest en el cual participó ACCME

Un joven y su novia buscan independencia, para esto deciden robar una farmacia. Su sorpresa será que al llegar se encontrarán con un rostro familiar.

Género: Comedia

Les dejo el Link

Esto era un asalto

2 sept 2010

BYN


Canon Digital Rebel XT
Julián, Villa Gro. Mex. Julio 2010






Centro de Toluca, Edo. Mex. Julio 2010














Catedral de Santa Prisca, Taxco, Guerrero, Agosto 2010
Niño a las puertas de la catedral.
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Inspiración

A pesar de que sólo tuve seis meses de clases de piano hace muchísimo tiempo, la música siempre ha sido algo que me apasiona. Me acompaña todo el tiempo ya sea en mi loca mentecilla o en mi celular (a falta de mp3 o ipod). Camino sonriente o determinante dependiendo del tipo de música. Creo que la música no define a las personas, sino que las personas definen la música que quieren. En mi interior sigo una corriente musical ochentera o de esos ya conocidos "oldies". Sigo con fervor las baladas rockeras de Scorpions, el misticismo romántico me lo aporta Sting y Peter Gabriel los sonidos interesantes. Y ya cuando me siento más bohemia y filosófica me clavo en la letra de alguna melancólica canción de Joaquín Sabina.
A pesar de estos nombres no variables, también tengo mis épocas. En esta ocasión, está de moda Queen. Sí, otra de esas imponentes bandas con un cantante con una pasión más grande que su propia voz. Esta moda me llegó de pronto, después de ver el video de I want to break free, un himno a la libertad.
Él así como muchas otras personas, son aquellas que con su vida y su trabajo hacen felices a la gente, a pesar de que hayan muerto ya. Y eso es digno de reconocerse.