Calaverita cinematográfica

La muerte sentada en la sala

una comedia ella veía

sonriente vio como una bala

a su enemigo vencía  

Muy satisfecha se dijo

quiero más cine del bueno

y al tec se dirigió

buscando a un grupo interno  

El nombre es tan largo

que no me cabe en la boca

le dijo a quien estaba a cargo

una persona muy loca  

Hacemos cine dijeron

los accmes con alegría

y de inmediato siguieron

a la parca todo el día  

Con cámaras, booms e ingenio

su producción iniciaron

la película del milenio

y patrocinios buscaron  

Calaquita famosa

regálanos un centavito

que a Monterrey amamos

y no tenemos ni tantito  

Ella contenta les dijo

yo les pago el numerito

si hacen una película seria

y soy protagonista  

Y así la parca

terminó en un taxi lluvios

osin presupuesto ni marca

fue un filme exitoso.

Por nada

Un minuto de absolutamente nada fue la única razón para la que alrededor de 350 alumnos decidieron reunirse.  Parece por un momento que la apatía no existe en esta sociedad. Contrario a lo que se vio en meses anteriores cuando las filas de gente protestando,  y reuniéndose para darle continuidad a la acción eran mínimas. Esta semana, ese desinterés se volvió a mostrar en la semana de los derechos humanos dentro del campus, cuando lo único que se pedía era exactamente lo que Anna Strejcová pidió en su evento Freezing Tec. Un minuto congelados, esta vez deteniendo alguno de los 30 derechos humanos. El resultado, veinte personas, no más. 

¿Cuál es la enorme diferencia entre todo lo que se hace por mexicanos y aquel evento de la chica extranjera? ¿El tema? ¿El tiempo? ¿El costo? Si ella dice que debemos hacer las cosas por nosotros mismos pero cuando alguno toma la iniciativa los demás no lo siguen, ¿qué se hace entonces? En la entrevista después del evento Ana afirmó que no tenía que venir un extranjero para concientizar de esta manera, y tiene razón.

Algo que he aprendido es que las cosas no empiezan muy grandes. No podemos esperar a mover a todo un estado en dos días, pero sí podemos creer que podemos mover a algunas personas por un minuto, y hacerlas reflexionar sobre lo que está mal en nuestra sociedad. Es posible que un minuto a la vez cambiemos su perspectiva y hagamos que quiera cambiar la sociedad y a los demás a la vez. 

foto de: Javier García

De Vuelta

Olvidar por un momento hacia a dónde hemos avanzado, para bien o para mal, es útil de vez en cuando. Regresar a un mundo donde la cultura abundaba, donde una gran satisfacción no era haber sobrevivido un día sin escuchar de balaceras, sino comprar un buen libro. Incluso, regresando un poco más en el tiempo, andar en bicicleta y sentir el aire golpeándote la cara. Libertad.
No es tan malo pensar que un día podría volver todo a ser como antes. Si en un rato se pudo, y cada día está hecho de ratos, y cada semana está hecha de días, y cada año está hecho de semanas, y cada vida está hecha de años. ¿Por qué no?

Reporteros

Jorge Pliego, un nombre como cualquier otro. Un rostro desconocido en mitad de un mar de imágenes que fluyen en el río interminable de la comunicación. Un camarógrafo, no un héroe de guerra. Una mente fría y calculadora, una sugerencia de un alcoholito por hora. La recomendación que él da es: siempre tener miedo, porque el miedo ubica, pero no dejar que el miedo haga que la noticia se pierda. "Huir no está mal, pero siempre puedes grabar mientras huyes".

A veces

No queda más
que sonreir